El 7 de julio por la noche, volví después de un mes y medio de ausencia.
En todas partes vi que había un gran entusiasmo para ayudar a los pobres cuando apoyan y especialmente cuando la ayuda llega a su destino, las familias más pobres de Madagascar. Vi que la gente está dejando de participar en la lucha contra la extrema pobreza de nuestra Tierra cuando su ayuda, concretamente ayudar a los más pobres. En cualquier viaje, nunca volvería con las manos vacías.
Hice un viaje rápido para una semana en Argentina, para ver y para consolar a mi hermano enfermo y todas mis hermanas y sus familias. A pesar de la enfermedad de mi hermano que tiene mucho valor, tuve la alegría de visitar los hogares de todas mis hermanas y revivir ese amor familiar que nos caracteriza desde la infancia. Tuve problemas para decidir que me vaya, pero una vez allí, yo estaba feliz de estar entre ellos.
La llegada como el comienzo fue muy conmovedora, tanto es así que a veces atado un nudo en la garganta, me impide hablar. Pero estos son los sentimientos que vienen del corazón que hacen que la belleza de la vida familiar y el amor fraternal, y agradezco a la Fundación Air France, lo que me dio el billete de vuelta gratis.
Llegué al aeropuerto de Ivato el 7 de julio a la medianoche y de costumbres, una avalancha de niños saltó sobre mí, con grandes gritos de alegría y felicidad para nuestra reunión. Esta recepción, que era muy espontánea y sincera, también sedujo a la multitud que estaba allí esperando por sus parientes. Una vez fuera, caminamos, cantó una canción de acción de gracias. Personalmente creo que esa noche, en un aeropuerto tan frío, alegre clamor ha cambiado la atmósfera y establecer ras esta amistad y hermandad por lo que todos necesitamos para vivir. ¿A cuántas personas he visto que en nuestro pasaje, sonrió y saludó a nosotros!
Creo momentos de tanta intensidad hacernos bien a nosotros hacer Akamasoa, sino también a todas las personas que nos rodean, porque la alegría y la fraternidad son contagiosas.
Después de una noche muy corta, por la mañana a las 8 de la mañana, hice mi «conferencia de prensa» antes de un centenar de jefes de Akamasoa, oficiales de la escuela, la salud, la construcción, la seguridad y talleres que estaban allí para darme la bienvenida y escuchar a los frutos de mi gira. Vi ante mí un extraordinario grupo de personas, mujeres y hombres que escucharon a mí con gran interés. En varias ocasiones, cuando le dije que durante mi gira, la gente los recibió y ayudó a continuar con esta acción y la solidaridad Akamasoa experiencia, aplaudían todo corazón.
Fue un momento de gran comunión de espíritu, una gran disposición para escuchar y recibir nuevas fuerzas. Y yo insistí para decir a nuestros líderes que nunca debemos hacer cualquier trabajo con los pobres por la rutina, sino más bien que cada ayuda debe hacerse con un espíritu nuevo, y tratar a los pacientes con un espíritu nuevo, como educación, un nuevo espíritu. Y él tiene que huir esta mentalidad de servicio mínimo.
También dije que sus testimonios y en numerosas conferencias, las personas me han preguntado: mi padre, es que la gente Akamasoa ayudan entre sí, están unidos, se unen las manos en dificultades? Por supuesto le dije que sí, pero aún queda mucho por hacer también.
Les dije también a todos los responsables, vamos a leer y reflexionar sobre la última encíclica del Papa Francisco, Laudato Si eso habla de nuestra casa común que es nuestra Tierra.
Me siento algo que me hace sentir bien a cada vuelta de una excursión, y vuelvo con toda su fuerza, alegría y energía para continuar con este trabajo con la gente de Akamasoa.
Terminamos la reunión dándonos la mano en la oración y bendición. Es una cosa difícil de explicar con palabras, la intensidad humana y fraterna experimentó desde ayer y esta mañana. Repetí de nuevo hoy a todos los responsables de Akamasoa, qu’Akamasoa antes de ser un lugar, es un estado de espíritu de servicio, la solidaridad y la fraternidad. Todo muy elogiado.
Se sentía tan bien que la gente no salen, comenzaron a cantar. Y después de una hora y cuarto, les dije: por fin te he perseguir para que usted vaya a trabajar! Y todos se fueron riendo. Es tan hermoso estar de nuevo entre sus ani- y hermanas Akamasoa.
Gracias de todo corazón a todos los que me recibió en mi gira, a todos aquellos que preparó mi visita a Francia, y que trajo ese entusiasmo para hacer las personas generosas que vinieron a escuchar.
Soy testigo de la generosidad existe en Francia!
Muy cordialmente!
Pedro P.
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